23 marzo 2007

Hermano Drexler

No tengo a quién rezarle
pidiendo luz,
ando tanteando el espacio a ciegas
Hace unos días pasó por Almería Jorge Drexler. Andaban de visita Raka y Pau y, con las entradas que había comprado en previsión hacía unas semanas, nos plantamos en el auditorio a escucharlo. Creo que los tres teníamos distintas sensaciones antes de empezar el concierto, yo tenía una mezcla de expectación por ver lo que podía ofrecer este trovador de emociones encima del escenario y de alegría por verlo tocar.
No me malinterpreten
no estoy quejándome,
soy jardinero de mis dilemas
No sé lo que esperaba antes del concierto, quizá relajarme, disfrutar de la música y las letras de Drexler, pasar un buen rato, sonreir con la gran clase de este músico descubierto hace mucho y redescubierto mucho más hace no tanto.
Hermana duda,
pasarán los años,
cambiarán las modas,
vendrán otras guerras,
perderán los mismos
y ojalá que tú
sigas teniéndome a tiro,
pero esta noche,
hermana duda,
hermana duda,
dame un respiro
Y mucho más fue lo que encontré en mi butaca. Drexler, acompañado de unos músicos increíbles, estuvo fantástico, más elegante que nunca. Compartió grandes y cómplices momentos con el público, experimentó en sus canciones regalándonos ritmos inesperados y mágicos, hizo de este concierto una experiencia sensorial.
No tengo a quién culpar
que no sea yo
con mi reguero de cabos sueltos
No me malinterpreten,
lo llevo bien,
o por lo menos hago el intento
Quizá nunca me había emocionado tanto escuchando música en vivo, así que gracias, Jorge Drexler, por todos los buenos momentos. Aquel día, al salir del auditorio, el mundo parecía mucho mejor, y quizá hasta lo era.
Hermana duda,
pasarán los discos,
subirán las aguas,
cambiarán las crisis,
pagarán los mismos
y ojalá que tú
sigas mordiendo mi lengua,
pero esta noche,
hermana duda,
hermana duda,
dame una tregua.
[En cursiva, extracto de la letra de Hermana Duda, del último trabajo de Jorge Drexler, 12 segundos de oscuridad]

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