16 marzo 2006

Energía en el ocaso

Es probable que los dos mejores momentos del día sean el amanecer y el atardecer. Instantes en que todo se relativiza para hacer protagonista al Sol y sus misteriosos devaneos.

Cierras los ojos y hueles la luz y ves el ruido del mar y la espuma de las horas perdidas se disuelve en la arena, dejando un marca que no se molesta en contar lo que le queda de vida.


El paisaje se fuga sin líneas que lo limiten. La marea envía su mensaje de provisionalidad de las cosas. Firmas tu contrato con el aire de lo fugaz y sin embargo, eterno.


PS- Fotos tomadas ayer tarde en la playa de Las Mimosas, Málaga.

PS2- No, no me he fumado nada raro.

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